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Los inicios del mercado de valores en México

Los primeros inversionistas operaban en las calles. Antes de que existieran inmuebles dedicados a las bolsas de valores, algunos inversores se reunían en cafeterías o restaurantes para intercambiar acciones –de entonces proviene el término "coyote" para quienes realizan trámites en la vía pública y eran considerados personas de poca honorabilidad, fuera de la legalidad-.

Durante el Imperio de Maximiliano se creó la primera banca comercial y se expidió una ley reglamentaria que dio pie a la creación de un Colegio para los Agentes de Negocios. Para 1864 México ya contaba con un banco emisor de papel moneda.

Fue Doña Filomena Mayeu quien tomó la audaz decisión de organizar actividades bursátiles en el local de su pastelería y dulcería “Viuda de Genin”. Cotizaban acciones empresas como Cervecería Toluca y Moctezuma, Industria Veracruzana, Jabonera “La Laguna” y el Banco Nacional de Londres.  Para 1876, al ser un espacio para la reunión de empresarios e inversionistas, tanto nacionales como extranjeros (sobre todo franceses), el uso de la pastelería puso en evidencia la necesidad de contar con un local estable al que acudieran exclusivamente aquellos dedicados al negocio bursátil.

 

pastelería de la viuda de Genin

La llamada “Lonja minera del señor Trigueros” fue la asociación a cargo de las primeras transacciones bursátiles en México dentro de un local cerrado.  Encabezados por el señor Emilio Trigueros, sus miembros se reunían en las instalaciones de la Compañia Mexicana de Gas, de la cual éste era secretario, ubicadas en la calle de Plateros, para estudiar títulos, formular escrituras, y negociar acciones en los primeros años de la década de 1880.  En esta lonja solían reunirse un buen número de ingenieros de minas, tanto mexicanos como extranjeros, sobre todo ingleses, quienes concentraron sus operaciones sobre valores mineros.

No fue sino hasta después de la crisis financiera de 1884 que el gobieno de Porfirio Diaz comprendió la inutilidad de las prohibiciones aplicadas al intercambio de valores; sin embargo, en lugar de construir una Bolsa propiamente dicha, se permitió que cuatro empresas privadas dirigidas por corredores fuesen quienes facilitaran el encuentro entre vendedores y compradores, otorgando reconocimiento legal a tales operaciones.

En el año de 1886 se funda la Bolsa Mercantil de México, constituída como centro de operaciones privadas y de información acerca del mercado.

Por decreto del 19 de octubre de 1887, es aprobado el contrato de fecha 21 de mayo del mismo año entre el Gobierno General y los señores Francisco Aspe y Alfredo Labadie.  A partir de 1890 y como consecuencia del acuerdo  entre el gobierno y los influyentes corredores Aspe y Labadie, resultaba indispensable pertenecer a los Consejos de Administración de la Bolsa y quedaba prohibido operar por cuenta propia, así se estableció la normatividad de la Bolsa mercantil.

José Limantour, secretario de Hacienda en el gobierno de Porfirio Díaz, desarrolló en 1995 una profunda renovación para unificar las instituciones existentes en una sola Bolsa, cuyo funcionamiento debía ser regido por la ley para evitar los derechos difusos y la especulación.

La creación de la Bolsa de México sería el resultado de la fusión entre la recientemente creada Bolsa Nacional de México y la sociedad anónima denominada Bolsa de México, ésta última establecida el 14 de junio de 1895.  La nueva Bolsa de México tuvo su sesión inaugural el día 21 de octubre de 1895, mediante aviso de fecha 25 de octubre se determinó la fusión de ambas compañías y ésta fusión de derechos tuvo lugar el 3 de septiembre del mismo año, surgiendo así la nueva Bolsa de México.